sábado, 10 de julio de 2010

Primavera

El patio estaba tranquilo, silencioso. El sol se reflejaba feroz sobre el césped, haciendo que el aire se sintiera caliente. Yo estaba recostada contra un árbol, fresca bajo su sombra. Era un gran roble, que con más de cien años, extendía sus ramas por encima de mi cabeza, moteando mi piel con las sombras de sus hojas. Pequeñas flores amarillas se mezclaban con el verde del suelo, y millones de insectos paseaban por la tierra

La primavera sonreía en cada una de las flores que cubrían el suelo, en cada una de las mariposas que revoloteaban. La primavera sonreía en el cielo celeste, en los rayos de luz que atravesaban el aire. La primavera sonreía en mí felicidad.

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